A veces no sé cómo actuar, a veces no sé qué decir, a veces sólo quiero mirar y sentir la brisa en mi cara, sólo dejarme llevar y no pensar. Es demasiado cierto que me complico solo, a veces quisiera que no fuera así. Siempre he querido poder sostener una nube entre mis manos, apretarla fuerte entre mis brazos y usarla como almohada, pero también sé que eso es algo imposible, sueños rotos de un niño que piensa que el día siguiente sí se encontrará cien pesos en la calle si camina todo el día mirando hacia el suelo, sé que si tan sólo tratara de atrapar una nube se desvanecería y se fundiría con el aire, sé que no puede ser mía, sé que son sólo para mirarlas, tal vez así es mejor, al menos me da fuerza para tener la estúpida ilusión de algún día poder tomar una pequeña siesta en las nubes, sé que tarde o temprano lo lograré y cuando ese día llegue podré dormir para siempre, podré descansar como nunca antes y por un rato, sólo por un instante lloverá, mas las gotas no serán saladas pues no serán de dolor, serán tan dulces cómo el azúcar y endulzaré cada uno de los rostros que caminan fríos y sin expresión. Por mientras me conformo con tomarles fotos y guardarlas para mí.
