Cactus

(...) Y no sé en que estoy. son las 0:47 de la madrugada del día sábado 01 de agosto (tuve que verlo en mi celular porque no sabía) y ¡órale! agosto ya llegó, sólo espero poder pasarlo sano y salvo y con mucho que contar. Acabo de encender un cigarro y siento frio en los pies, tengo ganas de ver una película, pero no sé cuál. Creo que me gustas cada vez más y no sé que hacer al respecto; mi reproductor no puede arrojar música más emo, a veces creo que lo hace intencionalmente, pero nunca me he atrevido a preguntarle. Estoy un poco loco, lo sé, pero ¿existe algún ser en este planeta que no guarde algún grado de locura en su interior? personalmente creo que es parte de la escencia de cada uno de nosotros. (...) tenía ganas de escribir, pero no sabía sobre qué, escribo lo que va llegando a mi mente y sale por mis dedos. Y no sé, creo que el despacito por las piedras va bien, ¿no?. Me gustas, me encantas y adoro los besitos de esquimal, te adoro a ti. En realidad nunca pensé que escribiría cosas por el estilo nuevamente, de hecho me había prometido no hacerlo más, pero es que no puedo, simplemente es la única forma de sacarlo y plasmarlo en algún lugar porque la verdad es que mi interior ya se está haciendo pequeño para lo mucho que me estás haciendo sentir. Los bichitos en mi estómago son como esas bacterias que aparecen en los ensayos de PSU, de esas que se multiplican cada dos minutos y te preguntan cuantas tendrás al cabo de 8 horas si empezaste con dos. Personalmente no sé cuantas tengo, pero ya son bastantes. y te quiero, y te abrazo y me encanta sentir tu olor. Creo que es recíproco y de a poco me voy poniendo un poco más mamón, me carga un poquito, sólo un poco porque en el fondo me encanta extrañarte, me encanta escucharte, madarte mensajes, recibir llamadas y esperar llegar al lugar que odias para ver tu sonrisa, darte un abrazo fraternal y hablar de nada. Te he dicho que para hablar no sirvo mucho, al menos no cuando estoy nervioso, y es que en verdad contigo me pongo nervioso y me siento como cuando a los 18 di mi primer beso: estúpido, pendejo y sin saber qué decir. Me encanta eso, me siento como un cactus, lleno de espinas por doquier, para protegerme. Tú de apoco vas descubriendo que no son de verdad y que la apariencia peligrosa es sólo una ilusión, tal vez eso me aterra, el mostrarme indefeso y de verdad, de eso trata creo. (...) y descubrirás que en mi interior encontrarás gotas de agua al amanecer, cuando te sientas seco, cuando estés solo en el desierto, cuando simplemente quieras saciar tu sed.