Equilibrium

No todo es tan fácil en la vida, en realidad, y mejor dicho, NADA es fácil en la vida, para todo hay que poner el mayor esfuerzo y sólo de esa forma lograremos cumplir alguna de nuestras metas. Sin esfuerzo no hay victoria.
Hoy ha sido un día un tanto extraño, no sé, en realidad ha sido una SEMANA extraña, llena de mil emociones, recuerdos y lugares comunes que me han llevado ha estados elevados de “emocionalidad” que hace rato no experimentaba. Un día, hace tiempo más bien, conversaba con mi madre con respecto a mi vida "amorosa", por así llamarla, y me dijo lo que siempre he sabido, pero que nunca había querido aceptar tan tajantemente como ella me lo hizo notar, me dijo que mi primera relación había sido tan intensa, tan no sé, primera vez experimentando un sin número de cosas que jamás había vivido, que de alguna forma mi ser (no sé que parte, si la racional o la emocional, o si ambas se coludieron para lograr un fin común) había “bloqueado” aquel aspecto en mí, y así es, me apresuré demasiado con algunas cosas, y lamentablemente metí la pata, como consecuencia: dañé a terceros que involucre de puro pajarón sin querer queriendo, lamentablemente no me sucedió una sola vez, pero como dicen, “echando a perder se aprende” y creo que suelo aprender de esa forma. Ahora, después de mucho tiempo, meses, días, horas, minutos y segundos de no sé si meditación o conversación conmigo mismo, llámese como se quiera, puedo decir que he aprendido a sanar mis heridas de a poquito, ahora puedo decir, con el corazón inflado que mi primera relación fue lo más importante y lo más bacán que me ha pasado, pero sólo eso, un hermoso recuerdo que llevo en mí. Y es más, de apoco he aprendido a lidiar con ese “recuerdo” que antes era doloroso recordar, ahora es una anécdota que fácilmente podría compartir con benjamín alonso cuando quiera saber como era su padre de joven. He sanado y sanado a mi alrededor, me he dado cuenta que no vale la pena el rencor, ni menos el odio, que son sólo sentimientos que opacan tu diario vivir y te impiden ver la verdadera grandeza de las cosas. Sin embargo, al mismo tiempo he tenido que aprender que muchas cosas que mi madre dice son totalmente ciertas, y nunca me termino de convencer que las mamás son las personas más sabias de este mundo. Una frase que ella me dice que en este momento se me viene a la mente es que “uno nunca termina de conocer a las personas”, y afortunadamente podría decir que ahora estoy comprobando eso, y es que me parece inconcebible que una persona que hayas considerado tu amigo de verdad, tu casi hermano, de la noche a la mañana se transforme en un completo extraño, un ser que no sabes si todo lo que dijo alguna vez lo sintió o simplemente fue algo para ocultar un monstruo que ocultaba en su interior, un monstruo que nunca se dio a conocer de verdad, un monstruo que por ahora me asusta y me provoca rechazo, asco y pena. De hecho me quita todas ganas de tratar de incluso acercarme, es como si todo lo que alguna vez existió se fuera por el inodoro, como si cualquier recuerdo que alguna vez compartimos formara parte de un catálogo de modas, donde lo que ves es hermoso, pero sabes que es tan falso e irreal que te termina desagradando a un punto insostenible. La vida se basa en balances, en mantener un equilibrio y si unos te dan la espalda, te desilusionan y hacen cosas impensables, otros se acercan y te entregan un cariño incondicional que de verdad se puede sentir. Debo reconocer que no soy nadie para dar cátedras de moral o cosa parecida, como al igual que todos, yo tampoco soy perfecto y me considero un simple ser humano, pero hay ciertas actitudes, ciertas acciones que simplemente no pueden ser parte de una persona racional y cuerda, y menos de una persona que de verdad sentías tu amigo. Después de todo no todo lo que brilla es oro, ¿no?